He vuelto a soñarte.

A veces tengo la sensación de que un día cualquiera sacaré la cabeza por la ventana de mi habitación y estarás allí abajo, sonriéndome, haciéndome señas para que baje a reunirme contigo. Yo te sonrío y grito con todas mis fuerzas un te quiero, siempre te he querido. Y desde ese quinto piso intento contarte que no he hecho ningún esfuerzo para olvidarte que siempre has estado presente en todos mis pensamientos. Vuelves a sonreír y gesticulas con tu boca un te quiero y corro hasta la puerta la abro y empiezo a correr escaleras abajo, por mi cabeza pasan millones de cosas, me siento como la mujer mas feliz de la tierra y a la vez me río y lloro, pienso que estoy a un paso de volver a abrazarte, de volver a besarte y de volver a dedicarte un te quiero. Y llegó al bajo y abro el portal esperando encontrarte allí delante pero de repente es como si se me cayera el mundo encima porque no estas…


Dejo de flotar y vuelvo a poner los pies en la tierra.

-Dios mío que tonta he sido… he vuelto a soñar despierta con el, siempre con el.

Aún dándome cuenta de toda esta situación te buscaba con la mirada como si esperara que de un momento u otro volvieras a aparecer allí, es que parecía “tan real”. ¿Como pude soñar despierta de aquella manera? Oía tu voz, oía el ruido de tu moto, estabas allí enfrente del pequeño mesón que hay delante de mi casa con tu moto aparcada mirándome y sonriéndome, eras tú, sin ninguna duda eras tú. Mi corazón y mi cabeza se habían unido para jugarme una mala pasada. Subía las escaleras hacía casa enfadada, con cara de pocos amigos y pensando en lo tonta que había sido, cuando de repente y sin quererlo sonreí y me empecé a reír a carcajadas, a pleno pulmón, estaba en el tercer piso, sentada en las escaleras y riéndome tanto que estaba empezando a dolerme la barriga, me di cuenta de que te tengo tan presente que no me hace falta tenerte, si lo miras así no tiene ningún sentido, pero yo lo entiendo y me permitiré meterme en mi burbuja cuando a mi me de la gana porque es ahí cuando puedo compartir algo contigo, cuando tu recuerdo no me hace llorar, ni todos esos ratos amargos pueden conmigo. Solo estás tú, yo, tu sonrisa, mis ojos, tu forma de besar… es ahí cuando puedo gritar que te echo de menos sin tener que tragarme el orgullo. Suspiro y me dispongo a seguir subiendo, llegó a casa, cierro la puerta y me dirijo hacía mi habitación miró hacía mi ventana, sonrío, y me acerco a ella, saco la cabeza y sí. Sigues ahí… con la misma expresión en tu rostro, con tu moto aparcada, tu casco en mano, nuestras miradas vuelven a cruzarse y vuelves a gesticular ese particular te quiero.

Soñar despierta no esta mal pero siempre he preferido ver la realidad y tú no eres la mía, con tal solo cerrar la ventana toda acaba. Algún que otro día volveré a mirar porque lo necesito, necesito meterme en mi burbuja aunque sea solo 10 minutos para recordarte, para saber que sigues ahí.