El puente que une tu TIERRA y mi CIELO.
Yo creo en MILAGROS y creo en LA VIDA.


lunes, 23 de agosto de 2010

El.

Él, él… Repetía su nombre una y otra vez, no sabía ni como ni cuando el había llegado a ocupar ese sitio, el que ella tenía escondido, el que no usaba desde hace tiempo, ni siquiera sabía que aún podía llegar a funcionar, que aún podría volver a sentir algo, pero desde el primer momento en que lo vio fue algo diferente, así lo llamaba ella, DIFERENTE, extraño, raro, algo nuevo, algo que quería que funcionara, que quería que saliera bien. Al principio le pareció algo descabellado, algo absurdo, era él, ese chico que ella no habría imaginado nunca ni siquiera cerca de ella, pero estaba allí y no sabía como reaccionar, volveré a decir que teniéndolo cerca era diferente con el era muy diferente… No era un sueño, ni una de esas historias que surgían cuando le daba rienda suelta a su imaginación, debería de arriesgarse para poder ganar, al fin y al cabo de eso se trata ¿no? Quien no arriesga no gana y estaba segura que no se arrepentiría de haberlo echo, tenía miedo al daño pero había algo que la empujaba a no tirar la toalla, se trataba de él, de ellos. Sabía de sobra que su carácter no era fácil de tratar, tenía cambios de humor cada dos por tres, solía enfadarse por tonterías, a veces reaccionaba ante la gente con un carácter aniñado, y mejor no mencionar cuando sacaba su humor infantil, no podía evitarlo pero todo eso era ella, cada detalle la formaba y se lo había demostrado desde el primer día…


-Pero espera un momento…

-Dime, ¿que pasa?

-Te haré una pregunta respecto a esto…

-Y bueno…

-¿Podrías llegar a quererle?, es decir siempre has sido una persona que sueña con que un príncipe azul venga a buscarla en su caballo blanco, te lleve a su castillo y te jure amor eterno.

-No contestaré

-¿Porque?

-Nunca se me ha dado bien hacer planes, no puedo poner el final de “FUERON FELICES Y COMIERON PERDICES” a mi cuento si no estoy segura de que así será, no puedo moldearlo como un príncipe azul, no puedo encerrarlo en un cuento que ni siquiera existe, ni siquiera se si algún día llegará a quererme.

-¿Pero y tú, tu puedes quererle?

-Querer es una palabra demasiado sería ¿no crees? Puedo perderme en su mirada, sonreírle como una boba cada vez que lo vea, echarlo de menos aún después de haber estado con él, soñar despierta con sus ojos… aparte es algo que no planeo, salé solo con las circunstancias es algo que necesito día a día.

-Creo que con eso ya me has contado suficiente. No hace falta que me contestes a lo que te he preguntado antes, con esto me basta y me sobra.

- ¿A que te refieres?

-¿No te has dado cuenta aún?

-¿Podrías repetirme lo último? Entre tanta conversación me he puesto a soñar despierta con ÉL y …

-Para. ¿Lo ves?, a esto me refería, te dejó, sigue soñando despierta creo que esta vez te vale la pena.

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