Después de cinco minutos.

Buenas noches, mucho gusto, eras solo un chico más, después de 5 minutos ya eras alguien especial.

Sin Bandera. Entra en mi vida.

No quiero enamorarme, no quiero que me vuelvan a partir el corazón igual que lo han hecho en ocasiones anteriores. Ya no me es fácil confiar, ni siquiera sé si puedo confiar, no quiero darlo todo por una persona que al final acabara pagándome con moneda falsa…

-          ¿Por qué siempre has sido tan negativa?

-          No soy negativa soy…

-          ¿Desconfiada?

-          No, cuidadosa.

-          No me hagas reír, te conozco, eres la señorita sigo a mi corazón y no a mi cabeza. Dime, ¿de que tienes miedo? ¿de enamorarte quizás?

-          No, de acabar mal, de salir sufriendo, de volver a confiar ciegamente, de poder llegar a quererle. Quiero decir te quiero y recibir otro a cambio, quiero sentir que puedo llegar a importarle de verdad.

-          ¿Por que te complicas tanto? Piensa que aguantarte ya es un gran esfuerzo. Dijo entre risas.

-          No estoy para bromas.

-          Vale, vale pero ya es muy tarde.

-          ¿Tarde? ¿Tarde para qué?

-          Se que te gusta llevar el papel de chica fría que ya no se espera nada nuevo de ningún hombre, que no quiere volver a enamorarse y que se hace la desinteresada en cuanto a temas de amor se refieren. Pero mírate, ¿no me dirás que no tiemblas cada vez que te besa?

-          Eso no te incumbe y no, todo es muy normal.

-          Te importa y te importa mucho ¿verdad?

-          No, bueno no sé, me importa como me importaría cualquier amigo mío.

-          Si ya por eso es todo este sermón.

-          ¿A que te refieres?

-          Te has dado cuenta de que te importa y ahora tienes miedo de lo que venga a continuación, no quieres salir lastimada pero ya es muy tarde. Empezó gustándote y ahora le has pillado cariño y te importa a eso me refiero.

-          Odio que me conozcas tan bien.

-          Arriesga, puede que salgas ganando.