El puente que une tu TIERRA y mi CIELO.
Yo creo en MILAGROS y creo en LA VIDA.


viernes, 14 de enero de 2011

Todos buscamos lo mismo.

En realidad todos luchamos por algo, siempre, cada minuto de nuestra vida es una lucha en busca de algo, de alguien, de nosotros mismos. Buscamos para encontrar, para aprender, para sorprendernos con las dos caras de la moneda. No tenemos ningún camino escrito, lo elegimos nosotros, somos los dueños de nuestra historia, los protagonistas. La diferencia es que en nuestras historias no existe la magia, los malos no se vuelven buenos, y los descosidos no se cosen fácilmente. No existe ni un pellizco de ficción, todo tiene una explicación, un porque, un donde y un cuando. Yo creo que no somos tan diferentes, en realidad buscamos lo mismo pero en partes diferentes, unos buscan más amor y menos materialismo, a otros les mueve la avaricia, la ambición por conseguir cualquier cosa a cualquier precio, les da igual que puedan causar daños, ellos con tal de ganar… que no esta mal, pero ten en cuenta que si todos hacemos eso por llegar a la meta que queremos, al final nadie llegará, nos concentraremos en hacerle daño al que va delante para poder ponernos de primeros, tan centrados estaremos por ganar que nos perderemos a nosotros mismos, a nuestras amistades mas cercanas las alejaremos de nosotros de la manera más brusca, solo nos importara llegar, ganar, pero por más que nos hagamos con la victoria cuando nos demos la vuelta y veamos el camino que hemos perdido nada será lo mismo. Y de ahí tocara empezar de nuevo. “En todo lo bueno hay algo malo y en todo lo malo hay algo bueno” Que si una guerra se empieza porque dos personas no están de acuerdo, puede llegar a acabar de la manera más trágica posible, a no ser que en vez de ver solo las diferencias, echamos un vistazo más allá y buscamos algo que pueda llegar a unirnos. Hay que ver el lado positivo de las cosas, no todo es o blanco o negro, no te olvides del gris, ese color que ni es blanco ni es negro, simplemente esta ahí en el medio de los dos, buscando un tal vez o un lo dudo.

Esa es la excepción, “ No hay mal que por bien no venga”. Cada lucha nos enseña algo, de esto salen dos ramas: La victoria, que nos da la razón y nos hace ver que jugando limpio y siendo nosotros mismos somos capaces de conseguir lo que nos proponemos. Y la derrota, ahí es cuando no tenemos que quedarnos quietos, lamentándonos, porque las cosas no han salido bien o porque hemos chocado con la pared, la derrota consiste en levantarte y seguir caminando hacia delante, memorizar los errores, estudiar las caídas, para no volver a tropezar con lo mismo una y otra vez.
Para dejar un camino atrás y empezar otro nuevo, donde… no te engañare, quizás vuelvas a caerte pero no será dentro del terreno anterior. Una lucha nueva, camino tras camino incorrecto, piedras, grandes, pequeñas, que tendrás que apartar para continuar, chocaras mas veces con muros, unos más duros que otros pero memoriza las caídas, las derrotas, y no te caigas dos veces con la misma piedra.
Todos buscamos lo mismo, tomamos caminos diferentes para conseguirlo pero al fin y al cabo las piedras, los muros y los baches nos tocan a todos. Es ley de vida. Así de simple y sencilla. 

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