Era castaña con las puntas del pelo rubias casi blancas, tenia unos grandes y expresivos ojos marrones y sus pestañas llegaban a acariciar sus cejas. No era muy alta pero con tacones llegaba al 1.70, tenia una sonrisa que era capaz de dejarte encandilado mirándola, embobado por horas, a veces parecía una niña de 5 años a la que había que consentirle todo, simplemente porque cuando la mirabas la reacción era automática, otras podía ponerse tan seria o tan irritante que no podías ni aguantarla un minuto a tu lado. A pesar de todo era increíblemente suya, tuya, pasabais mas horas en la cama que en la calle, conocía de memoria cada parte de tu cuerpo, estaba mas acostumbrada a la rutina contigo que le seria bastante difícil romperla, le gustaba tumbarse en esos sofás y mirarte a los ojos, se pondría tatuajes para que durante el tiempo se fueran pegando en tu piel y así poder recordarla con más claridad. Si te dejaras más, estoy segura de que descubrirías más cosas en ella, especiales, raras. Ella solo entendía de descubrimientos, de un paso más allá, de hacerte reír, de quitarse la ropa hasta antes de llegar a la cama, de quitarte la mayor parte de la manta en señal de fastidio, de levantar la ceja cuando no estaba convencida de algo, de reunir el mayor numero de besos tuyos en una milésima de segundo… Porque ahora comparte las horas de su vida a tu lado, en tu cama, contigo, porque te enredas en el largo de sus pestañas, porque sus piernas se entrelazan con las tuyas cuando te abraza en ese sofá, porque su pelo acaricia tu piel cuando se tumba a tu lado…
Porque ha memorizado tu cuerpo, como quien memoriza una pregunta de un examen final. Si tuviera que hacer ese examen sacaría un diez, y hasta se merecería una matricula de honor.
¿Que en qué asignaturas? En la de tu tiempo, tu cama y tu cuerpo.
me gusta mucho cariño
ResponderEliminarMe encanta tu blog! y sobre todo los textos ^^
ResponderEliminarte sigo.
xx